martes, 9 de junio de 2009

Historias De Baño 3: Contenidos Longitudinales

Bueno, voy a tratar de escribir lo mas breve y sutil posible, puesto que estoy en la casa de un amigo y las historias anteriores fueron un poco fuertes y asquerosas, aunque esto que le acaba de pasar a este amigo fue muy fuerte, mas bien largo, pero bueno. En fin, no hagan caso a las cosas que dije recién y sumerjanse en la historia (no demasiado, no quiero que usen los sentidos, solo usen la imaginación).

¿Qué es lo mas importante para un hombre?

EL DINERO… no
LA CASA… no
EL AUTO… no
LAS MUJERES… no
SU TRABAJO… no

Bueno está bien les digo, EL TAMAÑO.

Si el tamaño, inconscientemente estamos todo el tiempo comparando tamaños y alardeando de él, cuantas veces dijimos por simple envidia:

- Ja, mi porción de pizza es mas grande
- Mi casa es mas grande
- Mi auto es mas grande
- Mi pileta es mas larga, igual que mi…… (ya saben a lo que me refiero)

Llegamos a ser tan competitivo con el tamaño de las cosas que hasta competimos por ver quien es mas excremento, para no decir otra cosa.

El asunto es que en cuestión de tamaños, esta persona nos dejó atrás, ya que el mojón que expulsó de su cuerpo fue mas o menos la sexta parte de la longitud de su cuerpo (mide 1.90 m), ustedes piensen en su sufrimiento, por lo que pasó, un tiempo, largo tiempo para largar una soga marrón de 30 cm., que terminó plasmada en una situación de confusión, ya que el olor que salía de ese baño era horrible, horrible es poco, nauseabundo, podrido; bueno en definitiva, la casa quedó putrefacta, pero en seguida le sacó una foto con el celular. Yo estaba en la cocina viendo “South Park”, y lo primero que pensé fue, “tanta putrefacción va a provocar una nube de smog”. No fue tan así, pero ni el desodorante, ni el estar descalzo, ni nada pudo neutralizar el olor, cabe destacar que no prendimos fósforos por miedo a que se incendie el ambiente, (los gases contienen metano). Bueno la cosa es que con toda esta pestilencia ya se me irritaban los ojos y se me escaparon un par de lagrimas, así que nos fuimos al patio para airearnos, ahí me dijo:

- Mirá esto.

Y me mostró la imagen de ese pedazo de materia putrefacta que perfora nariz, garganta y pulmones.

Ahora, se preguntan por qué le di el sermón de el tamaño y todo eso, aunque ya di las medidas de su chanchada, quería aclarar que él no lo vió con tanta tranquilidad, lo publicó por Internet, lo pasó por mail; todo para hacerse notar, para decir que evacuó a un edificio con indiecitos.

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